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18 October 2016

CON IVI, SER MADRE DESPUÉS DEL CÁNCER ES POSIBLE

Hace una década no había esperanza para ellos. En la mayoría de los casos, el cáncer borraba toda posibilidad de ser padres con sus propios gametos, debido al efecto perjudicial de la quimio y la radioterapia sobre la fertilidad. Afortunadamente, la ciencia avanza y hoy permite algo tan milagroso como que un paciente diagnosticado de cáncer pueda ser padre o madre una vez superada su enfermedad gracias a las técnicas de reproducción asistida.
Para tal fin, IVI puso en marcha en 2007 su programa gratuito de Preservación de Fertilidad por motivos oncológicos, Padre después del cáncer Madre después del cáncer, dentro de su programa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), y desde entonces ya son 14 los bebés que han nacido después de que sus madres le ganaran la batalla al cáncer, de ellos 11 en pacientes con cáncer de mama, el más frecuente entre las pacientes de IVI (ver tabla 1). A ellos se sumarán dos nuevos bebés que llegarán al mundo antes de que acabe el año, ascendiendo a 16 la cifra de sueños cumplidos en forma de vida, ilusiones que en la mayoría de los casos llenan de fuerza a los pacientes para afrontar su enfermedad con la esperanza de ser padres en un futuro.
Tabla 1. Bebés nacidos por clínicas IVI
*Bilbao y Sevilla con un bebé en gestación


“A día de hoy, hemos preservado la fertilidad de cerca de 800 pacientes oncológicas en las clínicas IVI de España, el 65% de las cuales son mujeres diagnosticadas de cáncer de mama. Se trata del tumor más frecuente en mujeres, afectando a 1 de cada 8 el riesgo de padecer esta enfermedad. También es cierto que actualmente disponemos de mucha información y medios para diagnosticar el cáncer de mama de forma precoz y tratarlo de inmediato, lo que ha permitido situar la supervivencia global a los 5 años del diagnóstico de este tumor en el 82,8% en nuestro país, según cifras de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Esta realidad ayuda a las pacientes oncológicas a mirar hacia adelante con optimismo, conscientes de su posibilidad, no sólo de curación, sino también de ser madres”, comenta el doctor Javier Domingo, director de IVI Las Palmas y coordinador del programa.
Más de la mitad de las pacientes que han vitrificado sus óvulos en IVI por causa oncológica lo hicieron antes de los 35 años, y el 30% de ellas hoy disfrutan felices de su maternidad tras haber superado este duro trance en sus vidas. La mejor de las recompensas a una lucha incansable contra ese gran gigante llamado cáncer.
Valentina, el final feliz a la batalla de Silvia
Nació el pasado mes de junio, después de que su madre, Silvia, superara un cáncer de mama que le fue diagnosticado en octubre de 2009, con 37 años.
“El mismo día en que me dieron los resultados de los análisis, el oncólogo me habló de la posibilidad de preservar mi fertilidad, una opción que me abrió una pequeña esperanza, una razón más para luchar con fuerza por superar esta dura enfermedad que me robó 6 años de mi vida”, comenta.
En mayo de 2015, Silvia recibió el alta médica, y se puso en manos de la Dra. Silvia González, ginecóloga de IVI Barcelona, para comenzar un tratamiento de reproducción asistida con el fin de ser madre con sus propios óvulos, fecundados previamente a la quimioterapia.
“Fruto de la segunda Fecundación in Vitro que me realizaron quedé embarazada, y nueve meses después llegó al mundo Valentina, mi razón de vivir”, añade Silvia, quien tampoco pierde de vista el papel de su marido y su familia, cuyo apoyo ha sido clave en este largo camino.
¿Cómo preservar la fertilidad?
“Cuando un paciente es diagnosticado de cáncer y acude a IVI para preservar su fertilidad, se analizan las mejores opciones para conservar sus gametos sin afectar la evolución de su enfermedad. Para ello hay dos premisas a tener en cuenta: La primera de ellas es la importancia de que el oncólogo le hable al paciente de este seguro gratuito de fertilidad, y la segunda es la rapidez con la que debemos actuar en todos los casos para no demorar el comienzo del tratamiento oncológico. En última instancia, será el

ginecólogo, en colaboración con el oncólogo, quien decida la técnica más recomendable en cada caso”, explica el Dr. Domingo.
En el caso de los hombres, es sencillo. Una simple muestra de semen bastará para conservar los gametos masculinos en caso de necesitarlos en un futuro.
En el caso de las mujeres, son dos las técnicas más usadas:
La vitrificación de ovocitos, que consiste en la criopreservación –inmersión directa en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC- de los óvulos maduros conseguidos tras la estimulación ovárica, con el fin de usarlos una vez superada la enfermedad con la misma calidad con la que se guardaron.
Y la congelación de corteza ovárica para trasplantarla tras el cáncer, que permitiría incluso conseguir gestaciones espontáneas al recuperar la paciente su función ovárica. Esta técnica se aplica en aquellos casos que requieren un inicio inmediato de quimioterapia –sin tiempo para la estimulación ovárica-, en mujeres en las que la estimulación ovárica no estaría recomendada o en niñas pre púberes.



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